Decir que la miel es “natural” es no decir nada.
Hoy en día todo es “100% natural”, solo hace falta ir a un supermercado cualquiera para comprobarlo.
Y como en nuestro sector también se prostituye mucho el concepto de miel natural te vamos a contar rápidamente las 2 características principales que tiene que cumplir una miel para ser auténtica:
1. No confundir “natural” con “cruda”:
Esto último viene a decir que la miel no se ha calentado en el proceso por encima de los cuarenta grados.
Y esto no es un capricho de los apicultores; es un procedimiento maravilloso si lo que queremos es una miel que conserve todas sus propiedades y nos alivie la garganta del catarro típico de noviembre.
Además, es la clave para que la miel mantenga una intensidad de sabor y aroma que te permitirá saborear un pedacito de bosque.
2. Sin aditivos:
Parece evidente que la miel es miel y punto, pero no es así en absoluto. Nuestras mieles no están adulteradas, es decir, no son mezclas de miel con soluciones de glucosa u otras mieles de poca calidad.
Ya lo ves.
No te dejes engañar.
Más que comprar miel natural, compra mieles auténticas que cumplan todo lo anterior, y te aseguramos que estarás comprando una miel natural pero de las de verdad.
Puedes echar un vistazo a estas de aquí:
Nuestras mieles
Miel de Brezo
Color
oscura
Sabor
intenso
Usos
aderezo para ensaladas, carnes y postres
Entorno
miel de montaña con brezos, zarzas, encinas y robles.
Miel mil flores
Color
ámbar
Sabor
suave y afrutado
Usos
aporta un matiz dulce en infusiones y cafés
Entorno
tierras de cultivo y monte bajo, con flora silvestre: tomillo, brezo y espliego.